…Y hace unos cuantos años y nueve meses que alguien decidió, en conjunto o de forma individual, que quería dejar de sentirse individuo para empezar a formar una pequeña comunidad. Resulta que en esa comunidad formada por lazos de amistad y de amor, vivía un pequeño secreto. Y es que, cuando tarde o temprano te encuentras sentado preguntándote el sentido de tu existencia, que generalmente se lo debes a dos personas, al sudor y al aroma del amor, y no te imaginas que en realidad fueron más de dos personas las encargadas de darte esa semilla de vida. Y no estamos hablando de que en tu concepción participaron varias personas y ahora dudas de tus familiares directos.
A veces ocurren accidentes. Y muchos de nosotros somos pequeños accidentes que poco a poco crecen.
Fortuna, a la que tantas veces me refiero, quiso que el azúcar y la sal fueran elementos de aspecto semejante y sabor opuesto. Júntalo con una comida tranquila con unos amigos, unos postres y un café. Sólo queda atar cabos, en tu concepción…
… participó tu querida madre, tu querido padre, la querida amiga de ambos, un café, una pastilla anticonceptiva, la sal y un bonito test de embarazo positivo.
Así que Gracias, con mayúscula, a Fortuna por hacer la sal parecida al azúcar, y al Creador (seamos nosotros, Él, ellos, Ése o Aquel) por decidir que el café con sal tiene efecto boomerang y permite expulsar todo el contenido del estómago de un tirón.
Un saludo,
Mr. Accidente.