Aunque cayeran
todos esos colores
y la mañana ya no fuera azul
y en las montañas
las nubes ya no dieran lluvia
el resorte infinito de la
melancolía
arruinaría
todavía
el hueco imparcial de tus ojos
entonces
cada cosa sabria
cuando
llega el tiempo
de arropar las propias manos
aunque tu cuerpo
ya no fuera un escándalo
aunque ya no quedara
un pie sobre este mundo.
Mario Lóriga.
querido mario me da una inmensa alegria saber de vos y leer tus poesias te mando un abrazo y espero tu contestacion a mi mail